miércoles, 19 de diciembre de 2012

Manteniendo el tipo.

Hay días que no son tan buenos como quisieses, y te parece que el mundo esta por completo en tu contra. Cierto, son días malos que no quiere nadie, pero que a veces tienen que ocurrir. El caso es que aún no me acostumbro a ellos por muchos que tenga, al final siempre acabo llorando.
Te reconoces a ti misma como una simple justiciera que no quiere problemas con nadie y que impide que las personas más débiles no tengan apoyo, pero, por mucho que hagas por ser buena persona, al final, el mundo te lo hecha en cara de tal manera que no tienes otro remedio que hundirte luchar aún más por lo que en verdad tu corazón te dice, no por lo que tu mente y los demás te digan o te dejen de aconsejar.
La verdad es que te crees una clase de heroína de la humanidad, pero en realidad eres una persona más entre más de 1.000.000 de personas, y que sigues llorando por todo, como un bebé. Te arrepientes, por supuesto, por lo que a veces haces, pero no es bueno llorar eternamente. No debes dejar que la angustia y la tristeza te coma. Si estas segura de algo, lucha por tus propósitos, no por los de los demás...

(A veces una palabra o un gesto valen con total de animar el alma de otra persona...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario